Ella es íntegra, transparente e incorruptible. De solo pronunciar estos adjetivos en la política, es fácil deducir a qué mujer le adornan, y a quien es propio felicitar en este Día Internacional de la Mujer, por ser un referente del género en materia legislativa, educativa, jurisprudencia; y sostener el trofeo de ser la primera en ocupar la vicepresidencia de la República.
Milagros Ortiz Bosch no tuvo cortapisas para ser exitosa y respetada en un escenario político dominado por hombres. Esto se debe a la educación recibida en el hogar en donde le enseñaron valores y asumió la equidad como parte de la responsabilidad de la vida, la escuela, y la familia.
No todo en la vida de la insigne dama es proselitismo. Es madre y una abuela que tiene sus pasiones y a quienes amar.
Milagros es muy tierna y especial para sus nietos a quienes apoya y, aunque no los puede abrazar por la pandemia, de igual forma se siente amada y cuidada por Ana, Joaquín y Juan Matías, los hijos de su único vástago, Juan Basanta.
“Soy una abuela cuidada por mis nietos. Estoy al día con todo lo que hacen: uno quiere ser pintor, otro el cine, y otro la tecnología. Mis nietos van hacer lo que quieran ser, y son libres de ser ellos mismos, porque sus padres entendieron que la regla de criar la familia es hacer hijos libres. Tengo un hijo, y siento que en el mundo de él yo soy su mamá y, en el mundo mío él es él. Esa es la enseñanza”, dice Bosch.
La directora general de Ética e Integridad Gubernamental, aconseja a una mujer que está en la política o aspira a ser parte de ella:
“La mujer dominicana debe tener responsabilidad ciudadana, saber entender y aceptarse como tal. Esto no es un teatro, esto no es una idea de quedar mejor. Esto es sentirse que usted tiene una ciudadanía y debe ejercerla buscando siempre algo fundamental, saberse igual a los demás, si no tiene el coraje de saber ejercer esa igualdad no hay consejo que valga. Esa visión de sentirse igual es la que la mujer debe transmitir a sus hijas e hijos”.
Planteamientos
Bosch sostiene que no tenemos que repetir el pasado, solo la obligación de construir el futuro.
“No es posible que el hombre pueda construir por sí solo lo que tiene, la oportunidad de construir conjuntamente con el otro género. Lo más importante no es sentirse el primero, es ser poseedor de una igualdad que ha dado la evolución de la humanidad”.
Para la exvicepresidente no estamos en la época de la fuerza, sino de la inteligencia y si la mujer asume esto con consciencia, vamos a cambiar junto a los hombres el futuro de la humanidad.
Para ella es de gran satisfacción que en su legislatura se impulsó el proceso que creó la única Ley No. 24-97 sobre Violencia Intrafamiliar y contra la Mujer. Y de forma enérgica dice : “Es una vergüenza porque esa ley tiene 24 años y el mundo ha sido creciendo y no han podido impulsar más reformas”.
Recuerda que cuando pasó por el Consejo Nacional de la Magistratura dejó cinco mujeres en la Suprema Corte de Justicia. “Nunca más… Eso duele. Porque el problema no es la inteligencia para producir cambio y fuerza, es algo que se dio en el año 95 y así quedó. Esperamos que todo cambié ahora”.
Más personal
A doña Milagros ahora le importan cosas nuevas: La tecnología, trabajar para que el país viva una auténtica democracia y acompañar al presidente Luis Abinader en su deseo de transparencia.
“Me voy a morir haciendo lo que hago. Siempre estoy innovando, cuando uno cree que se lo sabe todo se atrasa, porque el mundo siempre cambia y tiene tantos desafíos. Vivir es seguir en ese desafío. Es no dejarse morir, esa no es la regla para mí. No hay retirada, aunque este en mi casa”, asegura.
Hago política porque amo la gente. El último estadio de la política es la cultura. La política no es una ciencia aparte, es el arte de hacer transformaciones, de convertir en hecho las aspiraciones del pueblo.
El poder va y viene, y ay de los que creen que se quedarán para siempre. El poder se transforma porque la sociedad y los pueblos avanzan. Nunca me he sentido parte del poder.
Juan Boch y yo teníamos una relación política, claro, soy su sobrina, una vinculación que he respetado mucho. Aunque para mí fue el presidente o compañero. Lo más difícil es ser familia de un presidente. Algunos lo sienten un privilegio. Me gustan lo que dicen que no.
Me sensibiliza la injusticia. Me da la ternura, la creación de cosas, un poema, una novela, una obra de arte, un gesto hermoso, un acto solidario. También esto influye en cómo te hayan educado y esto se traduce en una cantidad de conceptos que se van imponer siempre en tu vida.
Soy una mujer que he vivido. Amé y fui amada, me desenamoré y abandoné el matrimonio, y en vez de rehacer mi vida por ese lado, lo hice vinculandome con mi pueblo.
Me siento plena. Cuando tenía que bailar bailé, cuando había que conspirar conspiré, pensé que no me iban a deportar y me deportaron, estuve presa, me allanaron, pero todo eso ha sido una lección de la vida.
La única deuda que tengo es la de seguir sirviendo a la gente. Me quiero ir de este mundo y que todos me vean con gratitud.
“La mujer tiene que saber hacer política, impulsar acuerdos en su beneficio, la mujer no pude quedarse estancada en un mundo de cambios, tiene que saber hacer alianzas internas y externas. Crear respeto y fuerza en favor de todos”.
IVELISSE VILLEGAS